lunes, 25 de octubre de 2010

¿Cómo afecta a nuestra sociedad?

La agresión sexual es una experiencia difícil, y como tal se puede reaccionar ante ella de muchas formas. Aunque cada persona y situación es única, las siguientes son reacciones normales tras un asalto:

· Shock emocional: “Me siento tan abatida. ¿Por qué estoy tan tranquila? ¿Por qué no puedo llorar?”

· Incredulidad: “¿Esto ha pasado realmente? ¿Por qué a mí?”

· Vergüenza: “¿Qué pensará la gente? No puedo decírselo a mi familia o a mis amigos.”

· Asco: “Me siento tan sucia, hay algo extraño dentro de mí. Necesito lavarme las manos y ducharme todo el tiempo.”

· Depresión: “Me siento tan desvalida. Tal vez estaría mejor muerta.”

· Ineficacia: “¿Retomaré el control de mi vida en algún momento?“

· Desorientación: “No sé realmente qué día es hoy, o a qué clase tengo que ir. Soy incapaz de recordar mis compromisos.”

· Reexperimentación: “Sigo pensando en lo sucedido. Aún lo revivo. Veo su cara todo el tiempo.”

· Negación: “Aquello no fue realmente una violación.”

· Miedo: “Estoy asustada de todo. ¿Y si me he quedado embarazada? ¿Y si me ha contagiado de alguna enfermedad? No puedo dormir porque tengo pesadillas. Tengo miedo de ir fuera, de quedarme sola...”

· Ansiedad: “Sufro ataques de pánico. ¡No puedo respirar! No puedo dejar de moverme. Soy incapaz de quedarme quieta en clase.”

· Odio: “¡Desearía que la persona que me atacó estuviera muerta!”

· Tensión o malestar corporal: “Con frecuencia me duele la cabeza, el estómago, la espalda... Me siento nerviosa y no tengo ganas de comer.”

· Culpabilidad: “Me siento como si hubiese sido mi error, quizá hiciera algo para que esto pasara.”

No hay comentarios:

Publicar un comentario